Nacionalidad: España.
Origen: El Sabueso español es uno de los perros de caza más antiguos de la Península Ibérica. Ya aparece descrito por autores clásicos como Alfonso XI o Martínez del Espinar. Durante los años 50 y 60 fue sumamente bastardeado por otras razas de caza y rastro, principalmente francesas. Fue Antonio Miján López quien se ocupó de recuperar la raza pura del perro de rastro español por excelencia. En la actualidad, los cambios en la fisonomía peninsular lo han relegado a la mitad norte de España.
Descripción: Sólido, pero de aspecto ágil y esbelto, el Sabueso español posee una cabeza alargada con orejas bastante largas y flexibles. Trufa marrón y ojos pardos de expresión viva. El cuello es fuerte y sin papada. Pecho ancho, lomo recto y vientre recogido. Los miembros son musculosos y los pies alargados. La cola es larga y gruesa, aunque se afina en la punta que acostumbra a llevar curvada. Pelaje: corto, liso y brillante. Color: generalmente blanco, con manchas naranjas o negras, o bien rojo.
Carácter: Se trata de una raza de perros vivos y equilibrados, con una innata pasión por la caza. Son dulces y afectuosos y muy sociables y leales con sus amos, aunque no hayan sido criados para la vida familiar. Están muy bien adaptados al clima y a las condiciones del suelo.
Utilización: El Sabueso español es puramente un perro de rastro, que se emplea principalmente para la caza del zorro y el jabalí. No es un perro casero, ya que la relación con el hombre nunca ha sido potenciada en su cría.
Cuidados: Su pelaje corto y apretado requiere unos cuidados mínimos para mantenerse brillante. El Sabueso come con normalidad y lo único que precisa realmente es mucho espacio y actividad.
Alimentación: Las necesidades alimenticias en este robusto perro son de 1.850 Kcal. diarias para los machos y de 1.650 para las hembras. Un adecuado y atento suministro de complejos mineral-vitamínicos es particularmente necesario durante los primeros meses de vida y en el período del desarrollo corporal. Como todos los perros de gran tamaño, también el Rhodesian Ridgeback puede padecer de raquitismo, enfermedad causada precisamente por una carencia de vitaminas y sales minerales. Puede resolverse con una dieta que contenga cantidades precisas de vitamina D y vitamina A además de una aportación equilibrada de calcio y fósforo. En la actualidad, entre las causas de la aparición de enfermedades infecciosas y parasitarias en los cachorros, se encuentra una insuficiente alimentación de la madre durante la gestación y la lactancia. Por lo tanto, es preciso poner mucha atención en la forma de alimentar al perro, tanto cualitativa como cuantitativamente, durante los "periodos críticos".
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